La cirugía de miopía es un procedimiento se hace bajo anestesia tópica y el paciente no siente dolor durante el procedimiento. La única molestia leve que se puede sentir es en los parpados donde se pone un speculum, para no parpadear y mantener el ojo abierto ya que durante el procedimiento no deben ser anestesiados los párpados. Es también común que los pacientes sientan una sensación de presión en algunos momentos de la intervención.

No es necesario tapar el ojo después de la operación, y por eso casi siempre se pueden operar los 2 ojos a la vez. La recuperación postoperatoria es más rápida.

No ha sido descrito que algún paciente  haya quedado ciego como consecuencia del procedimiento y definitivamente es prácticamente imposible que ocurra en cualquier cirugía refractiva.

Una infección, sin duda, produciría una úlcera en el centro de la córnea. La mayoría de las infecciones cuando son detectadas a tiempo se pueden tratar con consecuencias mínimas. Por ello es fundamental seguir las indicaciones postoperatorias de su doctor y acudir al centro en caso de signos de alerta que se le explican.

En el caso de una cicatriz central permanente, podría ser necesario un trasplante de la córnea que se puede realizar para mejorar la visión.