1.       ¿Qué características definen un buen calzado ortopédico infantil?

- El tipo de horma varía según la lesión a tratar, por ejemplo:

o   Horma correctora separadora.  Se utiliza en malformaciones como el pie zambo, también llamado equinovaro, cuando el pie se encuentra flexionado hacia un lado o hacia adentro.

o   Horma correctora aproximadora. Para niños con pie plano y en los que no se requiera usar plantillas ortopédicas.

Las diferencias entre las hormas se observan a través del eje longitudinal, una línea que recorre el talón hasta el segundo y tercer dedo.

-  Mayor capacidad interior en comparación con la de un calzado normal, esto porque en la fabricación se toman en cuenta la posible utilización de plantillas u otros accesorios de corrección plantar.

- El tacón de Thomas, es un taco especial que ayudar a formar el arco soporte del pie, evitando que la parte interna del pie ceda por el peso.

-  El material de las suelas es de cuero, tanto la suela interna como la externa son hechas de cuero.

- Capacidad de sujeción, para esto los cierres, cordones o hebillas y velcro deben asegurar que el pie no se mueva dentro del interior del zapato acoplándolo bien a la plantilla para su amoldamiento.

2.       ¿En que casos no es recomendable el uso de este tipo de calzado?

-          Si es que no existe una prescripción del médico tratante o podólogo especialista.

-        Cuando se pretende reciclar el calzado, es decir si este perteneció anteriormente a otro niño. Estos calzados son personalizados y únicos.

3.       ¿El uso de calzado y plantillas ortopédicas para niños son permanentes?

No. El tiempo de uso lo indicará el especialista según la gravedad del problema.  Existe cierta controversia, hay quienes pueden indicar el uso conjunto de zapato y plantillas ortopédicos, mientras que otros simplemente el uso de la plantilla ortopédica en un calzado normal.

4.       ¿En que tipo de calzado no se puede usar plantillas ortopédicas móviles?

No pueden ser usados en calzados donde el talón es muy corto, como las zapatillas de lona y ballerinas.

Si es que hay dudas, lo mejor es llevar el calzado normal a una clínica podológica para que reciba la opinión y orientación de un profesional.